Raicilla: el destilado secreto de Jalisco que conquista al mundo 🌵🥂

Si pensabas que Jalisco solo era tequila, prepárate para descubrir un tesoro escondido entre montañas, tradiciones y agaves silvestres: la raicilla. Este destilado artesanal, con apenas unos años de haber obtenido su Denominación de Origen, se está abriendo paso en el mundo gracias a su sabor único, a la riqueza cultural que lo rodea y al impulso decidido de la Secretaría de Turismo de Jalisco, encabezada por Michelle Fridman.

Una bebida con alma de montaña

La raicilla nace en la Sierra Madre Occidental, en comunidades donde la producción no solo es un oficio, sino un legado familiar. Se elabora con cinco tipos distintos de agave y cada taberna (como se llaman los talleres de destilación) guarda su propio secreto.

Gracias a la visión de Michelle Fridman, la raicilla dio un salto histórico en el Concurso Mundial de Bebidas Espirituosas de Bruselas 2025, donde jueces de 42 países vivieron una experiencia inmersiva en Atenguillo, Jalisco. No solo cataron la bebida: conocieron la historia de una hacienda con más de 360 años, recorrieron la Taberna 3 Gallos, y participaron en el corte de agave, el asado y la destilación. Con ello, se convirtieron en auténticos embajadores internacionales de la raicilla.

Una ruta llena de sorpresas

Impulsada por la estrategia turística de la Secretaría de Turismo de Jalisco, la Ruta de la Raicilla conecta tradición, aventura y hospitalidad. Recorre pueblos encantadores como Mascota, Talpa de Allende y San Sebastián del Oeste, además de Atenguillo, Guachinango, Mixtlán, Cabo Corrientes y, por supuesto, Puerto Vallarta.

En el camino no solo probarás este destilado: encontrarás gastronomía local, hospedajes con encanto y paisajes que van desde montañas boscosas hasta costas bañadas por el Pacífico.

Tradición viva y motor de turismo sostenible

La apuesta de Michelle Fridman por llevar la raicilla a un escenario global es también una apuesta por las comunidades que la producen. Hoy en día, su elaboración involucra a 16 municipios de Jalisco y uno de Nayarit, beneficiando a familias enteras y fortaleciendo el turismo sostenible.

Más de 50 tabernas producen esta bebida, muchas de ellas fundadas en la última década, reflejando un auge que combina innovación con tradición. Las exportaciones ya llegaron a Estados Unidos, Italia y Australia, pero la experiencia más auténtica solo se vive en su tierra de origen: caminar por los cultivos de agave, probarla recién destilada y escuchar las historias de quienes la producen.

Más que un destilado, una experiencia

Para Michelle Fridman, la raicilla no es solo una bebida: es cultura, identidad y una oportunidad de desarrollo económico para las comunidades serranas de Jalisco. Por eso, cada esfuerzo de promoción busca proyectarla al mundo como un símbolo de autenticidad y hospitalidad jalisciense.

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