Si buscas un destino donde el tiempo parece detenerse entre calles empedradas, fachadas blancas y una atmósfera de tranquilidad absoluta, Comala es ese lugar. Este pequeño pero encantador Pueblo Mágico de Colima, inmortalizado por Juan Rulfo en su novela Pedro Páramo, es mucho más que literatura: es una experiencia sensorial que cautiva desde la primera mirada.
Un pueblo de postal
Lo primero que salta a la vista en Comala son sus casas blancas con techos de teja roja, perfectamente conservadas, que le han valido el apodo de “el Pueblo Blanco de América”. Caminar por su centro histórico es como recorrer una pintura viva, donde cada rincón invita a la contemplación y la fotografía.
El Jardín Principal es el corazón del pueblo, donde locales y visitantes se reúnen al atardecer para disfrutar del clima cálido y de la música que a menudo se cuela desde algún café o grupo de sones.
Una experiencia con sabor a tradición
En Comala no puedes dejar de probar su gastronomía local. Al visitar las tradicionales botaneras, basta con pedir una bebida —como una cerveza artesanal o una tuba fresca— para que empiecen a llegar los platos típicos: tatemado, antojitos, queso fresco y carnitas, todo incluido en el precio de la bebida.
Y si lo tuyo es el café, estás en el lugar correcto: Comala es también tierra cafetalera. Puedes visitar alguna finca como Nogueras o El Remudadero, donde te contarán todo el proceso del grano, desde el cultivo hasta la taza.
Naturaleza y cultura a unos pasos
Muy cerca del pueblo se encuentra la exhacienda de Nogueras, hoy convertida en museo y centro cultural, que además ofrece una vista increíble del Volcán de Colima. La zona también es perfecta para quienes buscan aventura: caminatas, ciclismo de montaña, avistamiento de aves o recorridos en lancha por la Laguna de Carrizalillo o la Laguna La María.
Además, Comala es un excelente punto de partida para explorar otros lugares en la región, como Suchitlán, con su tradición artesana en máscaras de madera, o Zacualpan, donde los paisajes de montaña y la calidez de la gente completan la experiencia.
Un viaje al alma de México
Visitar Comala es más que tachar un destino turístico de la lista: es conectarte con el alma rural de México, donde la hospitalidad es sincera, la comida reconforta y cada calle tiene una historia por contar.
Ya sea que viajes en pareja, en familia o solo con una mochila y ganas de explorar, Comala es uno de esos lugares que no solo se visitan… se sienten.